Proyecto FONDART Regional: Rescate del patrimonio histórico de las quintas de manzanas tradicionales y de las familias vinculadas a sus procesos en la región de Los Ríos

La idea nace del primer acercamiento que tuvimos con los productores y procesadores de manzanas a través del Proyecto FIA “Rescate y Preservación Patrimonial de Manzanos Ancestrales de la Región de Los Ríos, para su puesta en valor en productos de alta proyección comercial con identidad regional” (PYT – 2017 – 0721), en el que participa la coordinadora del presente proyecto.
Fue en esta instancia en la que se crearon los vínculos con los integrantes de la Asociación Gremial “Manzaneros de los Ríos AG”, constituida por 30 socios provenientes de esta Región. Este contacto nos permitió conocer algunos aspectos del origen de sus huertos, sus procesos productivos y el rol tradicional que como familias han desarrollado en la preservación de una tradición cuyos orígenes se remontan al siglo XIX, tal como se expone en el artículo “Chica y Sidra de Manzana en Chile (1870- 1930): manzanas con denominación de origen” escrito por la historiadora Amelia Castro San Carlos. En dicho texto, se indica que si bien la chica de manzana tiene un rango tradicional en Chile, solo ha sido estudiada como una práctica social. De igual modo, se destaca, en los periódicos de 1870, el carácter original y la calidad de la chicha valdiviana.
Durante el lanzamiento del Proyecto FIA- Manzana (mayo 2018) el presidente de la Asociación Gremial de “Manzaneros de los Ríos”, Roberto Pérez de Arce, señaló que en los últimos 10 años han dejado de la actividad cerca de 200 o más pequeños empresarios y/o molinos de chicha o sidra.
“Hoy no podemos saber cuál es el nivel que alcanza la producción de chicha o sidra en la región. Menos cuánto alcanzaba. No existe registro alguno de la cantidad de huertos de manzanos ni la cantidad de molinos de sidra. Entendiendo que esta actividad era y de alguna manera sigue siendo parte de la cultura del campesinado valdiviano y de todo el sur”, sostuvo.
Además recordó el rol que los molinos de manzanas históricamente cumplían en un proceso de molienda que se iniciaba en febrero y se extendía hasta mayo: “Confluían las carretas, carretones, tractores y otros móviles de los campesinos no olvidemos que en aquellos años nuestra sociedad era mayoritariamente campesina(…). Estas carretas llegaban cargadas de sacos y encima de ellos o amarradas a sus costados, las consabidas pipas de madera. Había que pedir hora. En todos los molinos era igual y había muchos.”
En el libro “Historia de San José de la Marquina (1551-1900)” de Paulo Pedersen García, se relata que antes de la llegada de los alemanes, en ves de un molino para hacer chicha se usaba un caballo amaestrado para esos fines, montado por un jinete experto en esa labores. En su texto, Pedersen señala que la Villa de Pelchuquín fue el máximo exponente en la elaboración de chicha en el sur de Chile. En la década de los 70, los agricultores Carlos Hoffmann y Erico Exxs produjeron más de 600 mil litros de chicha de manzana y el hecho se conoció en gran parte del país. El prestigio de la localidad se tradujo en la llegada a Pelchuquín de manzanas de distintos puntos de la región para hacer chicha de muy buena calidad y que nunca faltó en la mesa de los más exigentes paladares, especialmente en Fiestas Patrias.
Andrés Hoffmann recuerda que su abuelo Otto Hoffmann exportaba chica y vinagre a Europa, produciendo en la década de 1960 unos 300 mil litros, consagrando a esta empresa familiar como una de las más importantes de la región.
Con todo lo anterior, queremos subrayar que si bien existen algunos antecedentes históricos sobre el origen de este producto y su relevancia en la actividad económica regional, nuestro interés será profundizar aún más en el tema, sistematizar los antecedentes históricos y dar relevancia a los testimonios de quienes trabajaron en este rubro y de los que aún mantienen viva esta tradición.

Fondart Regional

Patrimonio cultural

Investigación

2019

$ 11.307.930.-

Paola Segovia Tamayo