Una historia bien urdida, proyecto de mediación lectora a través del bordado

• Publicado el noviembre 7, 2025.

Entre hilos de colores, libros abiertos y conversaciones tejidas, nació “Una historia bien urdida, Proyecto de Mediación Lectora a través del Bordado”, iniciativa ganadora del Fondo del Libro y la Lectura 2025. Su propósito es sencillo y profundo a la vez: acercar la lectura a distintos territorios, creando espacios comunitarios donde leer, bordar y compartir se transforman en actos de encuentro y creación colectiva.

El proyecto, liderado por Eugenia Fernández, mediadora de lectura y bordadora, cuenta a su vez, con el trabajo de Luisa Amanda Martínez, ilustradora, y Catalina Cheuqueman, encargada de redes y diseño gráfico. Juntas, dan vida a un proceso que dura cuatro sesiones por cada mediación, donde las y los participantes se sumergen en la lectura de un libro y, al mismo tiempo, van bordando ilustraciones inspiradas en sus páginas. No se trata de un taller de literatura ni de bordado: es una experiencia compartida, donde cada persona lee y crea a su propio ritmo, mezclando palabras, puntadas y emociones.

Durante este año, “Una historia bien urdida” ha recorrido las comunas de Valdivia y Los Lagos, mediando libros como El sendero de la mariposa de Pedro Guillermo Jara y El ojo atravesado, un epistolario de Gabriela Mistral. Pronto se sumará una nueva mediación dedicada a la música, con un libro de partituras de Víctor Vizcúpovich. En cada encuentro, las y los participantes reciben un set lector-bordador, con su propio libro, bitácora, tela ilustrada, hilos y aguja, un gesto que refuerza el acceso tangible a la lectura y el arte, pensado especialmente en aquellos que no han tenido la oportunidad de que les regalen un libro alguna vez, y que ese primer encuentro puede cambiar mucho más que un hábito.

La iniciativa dialoga estrechamente con el Plan Regional de la Lectura, al poner en práctica principios de accesibilidad, asociatividad y democratización cultural. No solo lleva libros a diversos territorios, sino que también fortalece la cadena creativa local al trabajar con autores y editoriales de la región, dinamizando un ecosistema cultural que se sostiene en el trabajo colaborativo. Así, cada mediación no solo une lectores y lecturas, sino también comunidades, creadores y oficios.

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Eugenia destaca que cada proyecto cultural implica tiempos, viajes y dedicación que muchas veces no se ven. Por eso, su consejo a futuras y futuros postulantes es considerar el bienestar y las condiciones laborales de quienes crean y median, valorar el tiempo de preparación y desplazamiento, y apostar siempre por el trabajo colectivo. Porque detrás de cada libro leído y cada puntada compartida hay horas de labor, esfuerzo y oficio. Y, sobre todo, recuerda algo esencial: si alguien aún dice que no le gusta leer, es porque todavía no ha encontrado el libro que hable a su corazón.