René Silva: “Violeta Parra ha estado siempre presente en mi vida, y no sólo en su música, sino que de muchas maneras”
- Publicado el mayo 5, 2023.
El compositor estrena su segunda ópera, inspirada en la célebre cantautora, en una producción del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, con dos funciones gratuitas. El libreto es de Marcela Sáiz, la dirección musical es de Pablo Carrasco, y la escénica, de Gonzalo Cuadra.
René Silva (1984) es uno de los compositores chilenos más programados en los escenarios que nuestro país dedica a la música de tradición escrita. Dueño de un lenguaje propio, reconocible y maduro, trabaja con las más diversas conformaciones, y constantemente le comisionan obras para todo tipo de formatos. Ahora mismo está desarrollando una obra para orquestas estudiantiles, coro y guitarrones, que le encargaron. Y el año pasado se estrenó su Concierto Errante, que es para organillo solista y orquesta, y que también era una comisión, en ese caso, de la Sinfónica Estudiantil Metropolitana que dirige Christian Lorca.
En paralelo, este compositor está también haciendo un proyecto que implicará reunir las sonoridades de varios Mahler -Roberto, Alma y Gustav-, en una creación que se origina en una investigación musicológica de José Manuel Izquierdo, académico del Instituto de Música UC y productor del programa Músicas Olvidadas en Radio Beethoven. Será estrenada por la Orquesta de Cámara de Valdivia.
Antes de esos estrenos, eso sí, la ciudadanía podrá escuchar la segunda ópera de René Silva, porque el viernes 21 y el sábado 22 de abril, en el Teatro de Carabineros, se estrenará La Rara. Ópera violeta en tres jornadas. Esta vez fue una comisión del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado y la producción es justamente de académicos y estudiantes de esa institución. Las funciones son con acceso gratuito.
La Rara se inspira en Violeta Parra. No es un retrato biográfico, tampoco una compilación de canciones orquestadas. Es propiamente una ópera, en la cual se harán presentes giros melódicos y, sobre todo rítmicos, a modo de guiños sonoros. La célebre cantautora, dirá el compositor, «ha estado siempre presente en mi vida, y no sólo en su música».
De hecho, su obra orquestal Y todavía tiene una pena (2012), que expresa su profunda devoción por una de las más dolidas canciones de Violeta Parra, ha sido interpretada ya por tres orquestas principales de nuestro país en su primera década de vida.
Radio Beethoven conversó con René Silva sobre La Rara. Sobre sus motivaciones, los recursos que utiliza y el proceso de colaboración artística con la libretista, Marcela Sáiz, con el director escénico, Gonzalo Cuadra, y con el director musical, Pablo Carrasco. Hemos conversado, incluso, sobre el título de la ópera.
¿Cuál fue la principal motivación que tuvo para desarrollar La Rara?
«Viene directamente de un encargo de Violaine Soublette, directora de la carrera de canto de la Universidad Ajberto Hurtado, quien nos propuso a Marcela Sáiz y a mí trabajar una ópera con la figura de Violeta Parra, lo cual para ambos fue muy significativo porque tanto para Marcela como para mí la figura de Violeta Parra y su legado son trascendentales en varias áreas del arte».
¿Había trabajado antes con Marcela Sáiz?
«No había trabajado con ella, pero conocíamos por el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, donde yo antes hacía clases. Había visto algunos trabajos de montaje y de escenificación de otras obras del repertorio universal que ella había realizado, y siempre me parecieron muy interesantes y muy sutiles sus propuestas. Fue, la verdad, todo un gusto trabajar junto a Marcela en esta aventura de La Rara«.
Dado que el libreto es una parte fundamental de una ópera, es muy prometedor este fiato que menciona. ¿Con cuáles elementos de la figura o la obra de Violeta Parra decidió trabajar para desarrollar esta ópera?
» Fue una decisión difícil, porque la figura de Violeta Parra es tan gigante… Está presente en tantas manifestaciones que era difícil huir de ella, pero sí tomamos junto a Marcela una decisión estética, que fue de no citar directamente trabajos de ella, sino que hacer guiños, tanto a sus letras, como a sus sonoridades. Entonces, en lo metodológico, el trabajo se basó en ver cómo podíamos dialogar entre nuestros propios lenguajes y el lenguaje de Violeta Parra. Musicalmente, entonces, aparecen de repente algunos giros, gestos, motivos, efectos, glisssandos, cosillas que nos van a recordar a Violeta Parra en varios momentos de la ópera».
¿Podríamos profundizar en eso? De la creación de Violeta Parra, ¿qué es lo que se reflejará en la ópera? ¿Se harán presentes ciertas sonoridades puntuales, o derechamente instrumentos tradicionalmente asociados a la música folclórica?
«Sí, estarán súper presentes. La obra tiene una gran cantidad de guiños a la música de Violeta Parra: giros, estilemas, pequeñas células que nos la van a recordar sonoramente, a nivel rítmico, y también a nivel melódico en algunos momentos, porque son sólo guiños,. Por otro lado, tímbricamente, la instrumentación tiene la particularidad de combinar una orquesta clásica pequeña de maderas y cuerdas con un trío de multi-instrumentistas latinoamericanos que van a tocar guitarras, charangos, tarkas, quenas, zampoña, guitarrón, entre otros. Tímbricamente, la sonoridad de Violeta Parra va a estar presente desde el compás 1. El compás 1 parte, de hecho, con un tutti, donde de inmediato escuchamos a los instrumentos folclóricos dialogando con los instrumentos de la orquesta».
Esta producción nace en el seno de la Universidad Alberto Hurtado y eso significa que mucha gente vinculada a la docencia allí, entre profesores y estudiantes, van a participar de una u otra manera. Jessica Quezada, que hace clases ahí, va a dirigir al coro. Hablemos del coro y del tratamiento de las voces en la ópera La Rara. ¿Cómo es el orgánico del coro? ¿Habrá voces solistas?
«Es un coro a cuatro voces que tiene una presencia bastante importante en distintos momentos de la ópera. El coro toma distintos roles, y dialoga constantemente con la orquesta y también con los solistas, que son varios. Ésta es una ópera que se caracteriza por tener varios solistas, tenemos un rol principal que es Ella y que representa a Violeta Parra, y una serie de personajes más pequeños que van a interactuar con Ella:, va a aparecer la comadre, Miguel Letelier, Gastón Soublette, un marido por ahí, que no se dice cuál marido, sino que es como una imagen. Aparece la comadre, que no se dice directamente que es Margot Loyola, pero obviamente esa imagen alude a ella. Y la característica que tienen estas voces es que son para distintos niveles; tenemos a la protagonista que tiene un rol más presente y más difícil, pero como esta es una producción universitaria del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado, la idea era que pudiera acoger a estudiantes de distintos niveles, desde a lo mejor un chico o una chica que está partiendo en la carrera de canto hasta alguien que ya está titulado».
Quizás sea importante aclarar que no se trata de una biografía de Violeta Parra. Es otro tipo de búsqueda la que usted hace, ¿no?
«Sí. Ésa también es parte de las decisiones que tomamos con Marcela. Una de las opciones simples que había era un ‘vida y obra de Violeta Parra’, pero quisimos hacer una mirada distinta y más transversal. Por eso el personaje no se llama directamente Violeta Parra, se llama Ella, porque aunque la alude, podría ser también una persona de hoy en día que se encuentra también con las dificultades que tuvo que vivir Violeta Parra en algunos momentos de su vida. Entonces alude a su imagen, pero no es directamente Violeta Parra como personaje que aparece, sino que es una revisión a distintos momentos de su vida. Ella es la que hace el recorrido guiada por la Virgen de la Candelaria, se van visitando distintos momentos, su nacimiento, uno de sus matrimonios, cuando sale a recopilar y se encuentra con cantores y cantoras… Entonces es una narrativa que va y vuelve entre el futuro, el pasado y el presente, y que por momentos a lo mejor nos muestra directamente a Violeta Parra, pero que también en ciertos momentos nos puede hacernos ver a nosotros mismos, hoy en día, con problemáticas o situaciones similares que se se dan de manera transversal».
René Silva es académico de la Escuela de Artes Musicales y Sonoras de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Austral de Chile. Entre 2016 y 2020 trabajó en el Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado. Enseñaba armonía, análisis, contrapunto y composición, es decir, asignaturas técnico-musicales. Desde el año pasado, es doctor en Artes mención Música de la Universidad Católica.
Su nutrido catálogo incluye la ópera La Malén. Ópera para niñxs (2018), que se estrenó en Panguipulli y tuvo además funciones en el Teatro Municipal de Las Condes, con la dirección de Rodolfo Fischer (ver nota aquí). Entre sus obras de cámara se destacan Cerro Chena. Estación de la memoria (2014), que obtuvo el segundo lugar en el Concurso Luis Advis, y Cantata por las ánimas del Baker (2010) es para soprano, 12 guitarras y contrabajo.
Sus obras sinfónicas incluyen Y todavía tiene una pena… (2012), que estrenó la Sinfónica Universidad de Concepción y que después interpretaron las sinfónicas Universidad de La Serena y Nacional de Chile.
En noviembre pasado, Nicolas Rauss y la Orquesta Clásica Usach y el Coro Sinfónico Usach, más solistas, estrenaron el oratorio La rebelión del Nazareno, de René Silva, una comisión que incluye textos del poeta chilote Manuel Zúñiga. Ya antes esa agrupación había estrenado en 2017 su obra Ocultaron las estrellas, pero quedan las estelas… (del cielo azul), homenaje a los 70 detenidos desaparecidos de Paine.
Vi en una red social una fotografía suya con Fidel Améstica, el muy reconocido poeta popular y guitarronero de Pirque.; estaban trabajando en un proyecto. ¿Era para la ópera La Rara, que incluye justamente guitarrón?
«No directamente. Esa imagen con Fidel Améstica es de otro proyecto que tengo este año con unos guitarroneros de Pirque, un encargo que recibí de unas orquestas estudiantiles de la Universidad de Chile que se ganaron un Fondo Valentín Letelier y que me comisionaron una obra para orquestas estudiantiles, coros y guitarrones. Ellos van a hacer un proyecto de vinculación con los guitarroneros. Y fue una coincidencia que este proyecto se encuentra finalmente con el estreno de La Rara, que estaba inicialmente pensado para 2019, porque en La Rara suena un guitarrón. Es una bonita coincidencia».
Y ese proyecto tan interesante, con estudiantes y guitarroneros ¿para cuándo tiene fecha?
«Ese proyecto está con fecha a definir, posiblemente sea para principios de diciembre o fines de noviembre. Ése es uno de los proyectos que tengo, y el otro que ya está agendado, me parece que para 6, 7 y 8 de octubre, es un proyecto interesante también que tengo con la Orquesta de Cámara de Valdivia y con el musicólogo José Manuel Izquierdo. Vamos a presentar una obra que se llama El otro Mahler. Es sobre la figura de Roberto Mahler, que José Manuel Izquierdo ha investigado. Lo estamos trabajando en el marco de un proyecto Anillo de la ANID, ‘Animupa, que ganamos junto a un grupo de investigadores de las universidades Católica, Alberto Hurtado, Playa Ancha y Austral».
¿Usted compondrá una obra, entonces?
«Sí. Es una composición que va a mezclar música de Roberto Mahler, de las investigaciones que ha realizado José Manuel Izquierdo, pero también va a dialogar con otras músicas de otros Mahler. También va a aparecer ahí Alma Mahler, y a lo mejor va a aparecer Gustav Mahler. Es una obra que está en proceso. José Manuel Izquierdo ahora está haciendo el libreto de esto, que por ahora podríamos llamarlo radioteatro. Lo bonito es que es una obra en progreso, entonces también hay cosas que van apareciendo».
Volviendo a la ópera La Rara, que se estrena el 21 y 22 de abril, ¿por qué ése es el título?
«La Rara tiene varias acepciones. Una de ella corresponde al adjetivo con el cual fue catalogada en un momento Violeta Parra. Era alguien que no iba con los cánones tradicionales de la época, que se vestía diferente, que pensaba diferente, que cantaba distinto y que siempre fue un personaje raro. Entonces esa imagen del ser raro, que la idea es que se vincule con hoy día. Justo en el estallido, por ejemplo, que fue cuando se terminó de escribir esta ópera y que era cuando se iba a estrenar, nos catalogaron de alienígenas y de patipelados. También, de seguro, a muchos los catalogaron de raros. Entonces el nombre alude lo que significa la palabra, pero también tiene una bonita vinculación con un ave chilena que es la Rara Cortarramas, que se da principalmente en las zonas del sur de Chile, pero que también migra a la zonas centrales. Ocurrió algo muy bonito: cuando Marcela escribía el libreto, en su departamento de la comuna de La Reina, fue un par de veces a visitarla en su ventana una Rara Cortarramas».
En la producción de La Rara, la dirección de escena estará a cargo de Gonzalo Cuadra, profesor de la Universidad Alberto Hurtado y un artista con un trabajo muy interesante y con una muy nutrida trayectoria. ¿Cómo ha sido su vínculo con él?
«Es la primera vez que estamos en un proyecto en común con Gonzalo. Yo ya conocía su trabajo de investigación, de creación y de dirección de ópera, y es bonito encontrarse con alguien que fue tu colega en el Instituto de Música de la Alberto Hurtado, ahora en un proyecto en común. Además, como mencionabas, Gonzalo es una figura importante hoy en día en la ópera, está haciendo cosas interesantes y está haciendo investigación también, por lo cual para mí es un gusto trabajar con él».
¿Y cómo es su relación con Pablo Carrasco, quien estará a cargo de la dirección musical?
«Es similar la situación; con Pablo no había tenido tampoco oportunidad de trabajar en un proyecto de esta envergadura. Anteriormente nos habíamos encontrado por ahí en el mundo de las orquestas infantiles. Yo conocía su trabajo como director chileno de una interesante y ascendente carrera, que hoy en día lo vemos dirigiendo constantemente a la Orquesta Sinfónica Nacional, lo vemos dirigiendo también orquestas regionales e internacionales, así que para mí esta ópera también significa un debut en el sentido de encontrarme con gente muy valiosa, como Gonzalo y como Pablo, con los solistas también, que hay muchos recién egresados de la carrera de canto en la Alberto Hurtado. Creo que es un proyecto que me está contribuyendo a ampliar mis redes y a generar bonitos vínculos».
¿Cómo se siente en el formato de la ópera? ¿Qué representa esta nueva oportunidad que no la tienen tantos compositores en nuestro país, de trabajar en este formato?
«Es cierto. La ópera siempre es un oasis que uno mira de lejos porque implica una gran cantidad de trabajo sólo para la parte creativa inicial, implica tener un buen libreto, que en este caso tuve la suerte de trabajar con Marcela, implica un elenco, dirección. Con este proyecto de la Alberto Hurtado se dio un conjunto de cosas, al ser una producción institucional de esta universidad que tiene a todos esos actores en su interior. Y eso, la verdad, es un lujo, porque la ópera es un género difícil de hacer, especialmente esta ópera, que tiene hartos solistas y harto despliegue. Yo me siento de verdad bendecido de tener la oportunidad de estar estrenando mi segunda ópera. Coincidió que La Malén también fue una ópera que vinculó comunidades, que vinculó gente y que ha seguido también reinventándose, porque hace poco hicieron una versión en marionetas de calcetines los chicos y chicas de Ópera Calcetín. Esperemos que esta Raratambién siga creciendo con el tiempo».
¿Le gustaría invitar a los auditores de Radio Beethoven a que se acerquen a ver y escuchar su ópera La Rara?
«Sí. Me gustaría invitar a todos, a todas, para las dos funciones que tenemos de la ópera La Rara en el Teatro de Carabineros. Es una ópera que los va a llevar por un viaje muy interesante a través de la figura de Violeta Parra; vamos a recorrer momentos de su vida, sonoridades que la caracterizan, y también la idea es reencontrarnos con el Chile de hoy, a través de esta ópera, que nos va también a llevar a problemáticas y situaciones que se siguen viendo hoy y a través de su figura, de estas sonoridades nuevas que creamos, yo en la música y Marcela Sáiz en el libreto».
¿Cuál obra musical de Violeta Parra lo marcó profundamente, de niño o de adulto? ¿Estaba en su casa Violeta Parra, la ubicaba desde chico, por el entorno familiar, o la descubrió de grade? ¿Cómo fue su relación como auditor con Violeta Parra?
«Violeta Parra, para mí, está en un lugar muy similar al que está Víctor Jara. Son parte de mis playlists de siempre. Es una música que constantemente se reaparece en mi vida, que revisito, que vuelvo a escuchar. A veces lo he hecho cantando sus canciones con guitarra, otras veces lo he hecho analizando su parte musical. Y también ha existido una perspectiva creativa. Por ejemplo, una de las canciones que para mí es muy significativa es Arauco tiene una pena, que me motivó a escribir una obra orquestal que tengo, que se llama Y todavía tiene una pena. En ella aludo, justamente, al titulo de Violeta Parra, y 50 años después de que se compuso esa canción yo escribí esta obra para orquesta que también me ha traído muy buenas sorpresas. Ganó un concurso en Concepción, se ha reinterpretado allá en Concepción, se interpretó en La Serena y lo hizo también la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile el año 2018. Violeta Parra ha estado siempre presente en mi vida, y no sólo en su música, sino que de muchas maneras. El segundo nombre de mi hija es Violeta (ríe)».
¿Por Violeta Parra?
«Sí».
Fuente: Beethoven – Pontificia Universidad Católica de Chile