El sector artesanal de Los Ríos: Una mirada a su diversidad, desafíos y oportunidades de crecimiento

Un reciente informe en el marco de “Los Ríos Territorio Artesanal” destacó la riqueza y diversidad de este sector, así como las oportunidades de crecimiento que aún permanecen por explorar. A través de un análisis, se identificaron las principales áreas de producción artesanal, su distribución geográfica y los factores que impulsan su dinamismo.

Los Ríos Territorio Artesanal es  un programa de la  Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que es ejecutado por su Departamento de  Fomento y que  tiene como objetivo fortalecer y visiblizar a artesanos y artesanas de la  región, tanto personas naturales como jurífdicas, a partir de procesos de acompañamiento y asesoría mediante  la vinculación y contacto  directo  en terreno con el fin de aportar al desarrollo de tan importante sector creativo  de nuestro territorio. Entre sus líneas de acción destacan el catastro  y caracterización, así como la formación  y  su puesta en valor a  través de contenidos  que destacan el carácter multidimensional de la artesanía  regional.

El estudio, que se elaboró durante el mes de noviembre y a partir de la información entregada por los más de 85 artesanos y artesanas que se registraron para participar de las actividades on line y presenciales, reveló que la producción artesanal en la región se organiza en tres áreas predominantes: madera nativa, fibras ancestrales, y escultura y mosaicos. En la artesanía de madera nativa, sobresalen las técnicas tradicionales, como el tallado a mano y el ensamblaje sin clavos. En el ámbito de las fibras ancestrales, se destaca el uso de quilineja y pil pil voqui en la cestería, además de los textiles creados con el telar mapuche. Estas prácticas ancestrales reflejan los conocimientos de las comunidades locales. Por otro lado, la producción de esculturas y mosaicos combina materiales tradicionales con reciclados, lo que aporta innovación y sostenibilidad a las creaciones.

El estudio reveló que la producción artesanal en la región se organiza en tres áreas predominantes: madera nativa, fibras ancestrales, y escultura y mosaicos. En la artesanía de madera nativa, sobresalen las técnicas tradicionales, como el tallado a mano y el ensamblaje sin clavos. En el ámbito de las fibras ancestrales, se destaca el uso de quilineja y boqui pil pil en la cestería, además de los textiles creados con el telar mapuche. Estas prácticas ancestrales reflejan los conocimientos de las comunidades locales. Por otro lado, la producción de esculturas y mosaicos combina materiales tradicionales con reciclados, lo que aporta innovación y sostenibilidad a las creaciones.

En el sector artesanal, las mujeres predominan en las áreas de textilería y trabajo con fibras naturales, representando más del 70% de la producción en estas disciplinas. En contraste, los hombres lideran la carpintería y la creación de mosaicos, reflejando una clara división de roles en las distintas especializaciones.

La distribución geográfica juega un papel esencial en el panorama artesanal de Los Ríos. Las comunas de Valdivia, Futrono y La Unión se destacan por su producción. Valdivia es un punto neurálgico, con una gran diversidad de técnicas y una integración de herramientas digitales que posicionan a la ciudad como un centro de innovación artesanal. Futrono, por su parte, sigue enfocándose en la preservación de técnicas tradicionales relacionadas con la cultura mapuche, como el tejido y la cestería. La Unión, en cambio, fusiona tradición con sostenibilidad al incorporar materiales reciclados en sus creaciones.

Esta distribución permite que cada comuna tenga una particularidad que le otorga identidad propia, fortaleciendo y diversificando la creatividad regional. Valdivia, que concentra el 22,7% del catastro, se centra en el desarrollo de mosaicos, textilería y orfebrería. En segundo lugar tenemos a Panguipulli, cuyo 18,4% se enfoca, principalmente, en textilería y trabajo con fibras naturales.

Futrono representa el 15% del catastro, con énfasis en la cestería y textilería mapuche, mientras que en Lago Ranco (11,6%) predomina la textilería sostenible con materiales reutilizados. Finalmente, bajo la frontera del 10% están Lanco y Corral, donde hay expertos en cestería con boqui pil pil; y La Unión, donde existe innovación en fibras naturales y uso de madera reciclada.

El acceso a plataformas digitales se presenta como un desafío para el sector. Menos del 20% de los artesanos de la región promocionan sus productos a través de estos medios, limitando su alcance comercial. Sin embargo, Valdivia se destaca, con más del 30% de los artesanos inscritos en plataformas como Comunidad Creativa, lo que les permite ampliar su visibilidad y conectar con nuevos mercados.

Finalmente, como parte del programa, se organizaron charlas en Futrono y Mariquina para entregar conocimientos sobre marketing cultural y el desarrollo de marcas culturales. Estas instancias no solo permitieron capacitar a los artesanos, sino también revelar problemáticas clave relacionadas con la comercialización de sus obras y la visibilización de la cultura local.

En Futrono, los participantes discutieron la necesidad de una herramienta innovadora que conectara sus historias con el público. De este diálogo surgió la propuesta de un podcast, creado por los propios artesanos, que narrara sus vivencias y destacara el valor cultural de sus prácticas. Por otro lado, en Mariquina, se abordaron los desafíos derivados de su condición de “ciudad de paso”, lo que limita el flujo de visitantes interesados en sus productos. Como respuesta, surgió la idea de crear una Ruta del Artesano, un circuito turístico-cultural que permitiría a los viajeros conocer directamente los talleres y las técnicas de los artesanos locales, incentivando el turismo y el consumo de sus productos.

Este informe es el resultado de un catastro de artesanos en la región de Los Ríos, un esfuerzo para comprender el estado actual de la artesanía en el territorio. Este trabajo permitió no solo mapear su riqueza y diversidad, sino también identificar los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector, sentando las bases para diseñar estrategias que promuevan su desarrollo y fortalezcan su impacto cultural y económico.

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