Más de 50 años en las artes y la cultura | Dogoberto Montecinos Huaquimilla

Talabartería, escultura, fotografía, textilería, cocina y, principalmente alfarería y cerámica mapuche, son algunas de las disciplinas que este valdiviano ha desarrollado durante su extensa trayectoria. Obra consolidada y presente en múltiples exposiciones, talleres y adjudicación de fondos de cultura.

Dos años de estudios en la ex Facultad de Bellas Artes de la UACh como alumno libre, pero, fundamentalmente, de formación y arrojo propio.

Nos recibe en su mundo privado, de origen, de creación. Hogar de casi toda la vida ubicado en el sector Corvi, ‘ataviado’ a su ‘pinta’: motivos indígenas y obras de su autoría.

Bossa-nova de fondo y concentrado en la restauración de un ajado cuadro. Ahí está, en otra de sus facetas. Un retoque más y pasamos a lo nuestro: su vida y obra.

Desde la infancia muy ligado a la ruralidad de Lahuan (San José de la Mariquina), hogar de sus ancestros maternos huilliches, y fuente de inspiración. “Desde niño tengo nociones del área artística, pero en ese entonces, en la inocencia dulce de la infancia, no sabía lo que era el arte. Siempre vi a mi abuelita y tía en el witral, tejiendo lamas, frazadas, mantas, prevenciones, o sea, un abanico de imágenes muy coloridas, simétricas y con su mensaje cosmogónico potente. Recuerdo de los viajes a caballo y en carreta para ir a comprar al pueblo, o moler los granos de trigo que eran para el consumo de subsistencia, al igual que la ganadería. Son cosas que a uno lo vinculan desde siempre con el campo y toda esa vida llena de imborrables momentos. Yo vivía en Valdivia, pero pasaba gran parte del tiempo en Lahuan, donde vivían mis abuelitos y donde había mucha pobreza, gran humildad y mucha solidaridad. Siempre estuve ligado al mundo del campo y aprendí de muy niño todo lo que se hace ahí, desde andar descalzo, montar caballo a pelo, picar leña, dominar el fogón, ordeñar, esquilar, cocinar. Sin duda algo que marcó mi historia y que me vinculó con la cultura, esencialmente de mis raíces huilliches”, explica Montecinos (69).

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Fuente: Revista Temporada de Valdivia